Desde la selva del Putumayo, Carolina Poveda aborda temas como la sabiduría ancestral indígena, el conflicto armado y el reclutamiento de menores. Su obra se inspira en la resistencia de las comunidades de la región frente a la violencia, así como en su lucha por preservar la paz, la cultura y el patrimonio natural del pueblo Uitoto.
La sabiduría indígena, los misterios de la selva, el reclutamiento de menores, el conflicto armado y un proceso de paz son algunas de las temáticas que atraviesan La historia de Helena: La hija de sangre y selva de Carolina Poveda. Esta novela, inspirada en el territorio selvático del Putumayo, al sur de Colombia, plasma la realidad de una región que resistente a la violencia, lucha por la paz y preserva su legado cultural y natural, como es el caso de la comunidad indígena Uitoto.
Sobre el libro
La historia de la novela, surgió como un cuento que escribió Poveda durante la pandemia de la covid-19 en Puerto Leguízamo, Putumayo, marcado por un tono y una narrativa descriptiva de cada uno de los personajes y escenas. “Cuando estaba en un curso de creación literaria con la escritora chilena Montse Martorell, leí el texto que yo pensaba que era un cuento, y ella me dijo enseguida: ‘Esto no puede ser un cuento. Esto es una novela y hay que terminarla’”, recuerda la escritora.
En 2023, publicó la novela bajo el nombre La historia de Helena: La hija de sangre y selva, la obra se divide en tres partes: Génesis, ambientada en la comunidad Uitoto; Helena, que narra la infancia de la protagonista en una familia militar y su búsqueda por sus raíces indígenas; y Renacer, donde Helena conoce a su padre biológico, descubre su origen y, junto a tres aliados, enfrenta una guerra para lograr la paz en los territorios de la etnia materna.
Este escrito narra la historia de Naby y Helena, madre e hija marcadas por la violencia armada: la primera fue reclutada por la guerrilla; la segunda, oficial del ejército. A través de ellas, Poveda expone las realidades del reclutamiento forzado, la orfandad, la adopción, el dolor, el amor y la búsqueda por la paz.
Inspiración
La autora aclara que sus personajes no son reales, pero sus historias están inspiradas en hechos que presenció o dedujo tras convivir con comunidades afectadas por el conflicto armado en Puerto Leguízamo.“He querido ver la situación desde todos los ángulos, no solo desde una perspectiva. Trato de observar la dimensión humana de todos los involucrados en este conflicto tan terrible”, comenta Poveda.
La vivencia de Poveda como esposa de un militar en zona de conflicto le permitió conocer testimonios de civiles, combatientes y comunidades indígenas. Conoció, por ejemplo, a una madre con un hijo guerrillero y otro soldado del ejército, quien organizaba sus visitas para evitar que se encontraran. “Todo eso lo viví, y lo quise poner en la novela sin juzgar, dejando que el lector decida”, dice la autora.
Para la Poveda, la parte de libro más difícil de escribir fue la que describe el abuso sexual de Naby por parte de un comandante de la guerrilla. “Me detuve, y creo que pasé más de una semana sin poder sentarme de nuevo frente al computador. Lo más duro de todo era saber que aquello era completamente cierto, que estaba ocurriendo y que sigue ocurriendo en nuestro país”, recuerda.
Poveda explica que su libro no es un compendio político, ya que no menciona fechas ni nombres específicos de procesos de paz. Sin embargo, su objetivo es hacer visibles a las víctimas a través de la literatura. “He estado buscando la manera de visibilizar las cosas que les suceden a diario a los niños y niñas, especialmente en el contexto del conflicto armado, como ese fenómeno tan espantoso del reclutamiento forzado.
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El jaguar es uno de los temas simbólicos y místicos de la sabiduría indígena que aborda la novela. Este animal es el tótem de uno de los protagonistas, el cual representa el poder, la energía de la tierra y la vida. “Para varias etnias indígenas, como los Uitoto y los Ticuna, el jaguar representa el nivel más alto del poder chamánico, una figura que aparece en la obra a través del abuelo de Naby, símbolo de fuerza y protección”, puntualiza.
La autora
Carolina Poveda nació en Valledupar, ha dedicado parte de su vida acompañar comunidades indígenas. Desde hace dos años, viaja cada febrero con la Fundación Caroyacu al Amazonas. Allí, lleva kits escolares y otros materiales a más de 400 niños. En estos viajes, visita comunidades como Tipisca y Loreto Yacu. En estos lugares, escucha relatos, ayuda a traducir frases al idioma Uitoto y alienta a los niños a escribir sus historias.
La historia de Helena: la hija de sangre y selva ha tenido una especial acogida en el exterior. En 2024, fue presentada en los consulados de Washington y Houston. Además, Poveda tuvo la oportunidad de conversar con el expresidente de Costa Rica y ganador del Premio Nobel de Paz en 1987, Óscar Arias, sobre el reclutamiento infantil. “Se sorprendió con lo que le conté, y fue entonces cuando entendí que hay cosas que los colombianos damos por sentadas, pero que el mundo aún necesita conocer”, comenta.
Este libro es el primero de una trilogía: El segundo, ya está finalizado y se encuentra en proceso de revisión, se titula La hija de dos mundos; El tercer y último, que aún está en desarrollo, se llamará La ruta del seminarista. “Son novelas independientes, pero conectadas. Cada una cierra su historia, pero juntas muestran quiénes somos los seres humanos”, concluye Carolina Poveda.
Esta obra no solo busca visibilizar las víctimas de reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes; también es un mensaje potente que invita a reflexionar sobre la memoria y la reconciliación. Revela el verdadero espíritu de Colombia, doloroso, vibrante y humano, que continúa escondido en sus ríos, mitos y momentos silenciosos.
