El Global Big Day 2025 puso de nuevo a Colombia en el centro de la atención mundial por su gran diversidad de aves. A pesar de esto, especies emblemáticas como el paujil de pico azul enfrentan serias amenazas por la pérdida de hábitat, la minería y la caza, que ponen en riesgo su supervivencia.
Colombia volvió a liderar el Global Big Day 2025, celebrado el 10 de mayo, al registrar el avistamiento de 1560 especies de aves, un logro que reafirma su inmensa riqueza biológica. Sin embargo, estas enfrentan graves amenazas, como el paujil de pico azul, un ave endémica del norte del país que está en peligro crítico de extinción debido a la pérdida de hábitat, la deforestación y la caza.
El Crax alberti, conocido como el paujil de pico azul, es un pavo terrestre de gran tamaño, habita en los bosques húmedos tropicales de tierras bajas del valle medio del río Magdalena, el bajo Cauca y la Sierra Nevada de Santa Marta. Se caracteriza por su plumaje negro brillante, un copete rizado y un pico azul celeste. Es una especie esquiva y difícil de encontrar, que suele desplazarse sola o en pareja.
Reducción del hábitat del paujil de pico azul
En el pasado habitó otras regiones del país. De acuerdo con el Libro rojo de aves de Colombia, publicado en 2002 por el Instituto Alexander von Humboldt, hubo registros de esta ave en el río La Vieja entre el Quindío y el Valle del Cauca, “hasta los años cincuenta del siglo veinte y existen reportes posiblemente de esta especie provenientes del sur del Huila”, se lee en el documento.
Según Juan Lázaro, ingeniero forestal y director de Estrategias de Conservación de la Fundación Proaves, el hábitat de esta ave se ha visto reducida por las actividades humanas: “Buena parte de los bosques originales donde habitó el paujil de pico azul ya no existen, pues se han perdido a lo largo de varios siglos de presencia humana, especialmente después de la colonización europea. Actualmente, quedan muy pocas áreas de bosque adecuadas para que esta especie pueda sobrevivir”.
Lázaro explica que esta ave es sensible a las alteraciones de su hábitat, pues depende de amplias extensiones de bosque. “Estos deben contar con una alta diversidad de especies arbóreas que le proporcionen alimento durante todo el año a través de sus frutos”. De ahí a que su presencia, o ausencia, lo convierta en un indicador del estado de conservación de los ecosistemas.
El asentamiento de colonos y grupos, legales como ilegales, en los bosques húmedos, ha provocado la destrucción progresiva de los ecosistemas. Según Alex Cortés, biólogo, cofundador de la Fundación Proaves y director de Conservación de esta misma entidad, esto ha traído consigo la tala de árboles, la caza y la extracción de minerales. “El establecimiento de cultivos ilícitos, y también de cultivos lícitos como la palma de aceite, además de la minería de carbón. Todo esto hace que la especie enfrente amenazas de gran magnitud”.

El ingeniero forestal Lázaro comenta que existen políticas y normas ambientales para evitar la deforestación en estas áreas del país, pero en ocasiones el control es limitado por parte de las autoridades.“Muchas de estas zonas boscosas, incluyendo aquellas donde habita la especie, están afectadas por problemas de orden público”.
La presencia de grupos armados ilegales en zonas boscosas, debilita la gobernabilidad de las corporaciones autónomas y autoridades ambientales para frenar la deforestación, debido a la falta de control y de capacidad institucional. “En regiones como el Bajo Cauca, Nechí, el Magdalena Medio, la Serranía de San Lucas, el nordeste de Antioquia y algunas zonas del parque Paramillo, la presencia del Estado es muy limitada, lo que impide ejercer control efectivo sobre el territorio”, comenta Lázaro, director de Estrategias de Conservación de la Fundación Proaves.
Saber más: El cangrejo de agua dulce traerá beneficios a Ituango
El biólogo Cortés indica que la deforestación en parques nacionales, regionales y distritos de manejo integral sigue siendo alta, lo que evidencia la débil presencia y control de las autoridades en estas áreas protegidas. “Aunque estas zonas están clasificadas como áreas de conservación, en la práctica no se ejerce un control real. Al final, tenemos una especie que permanece abandonada, sola, intentando sobrevivir”.
Cacería y comercio ilegal
En algunas regiones del país, la caza de esta ave ha sido una tradición heredada de padres a hijos, impulsada por el gran tamaño y el apreciado sabor de su carne, que lo hace una fuente de alimento para las familias campesinas. Además, su llamativo plumaje negro brillante y el característico pico azul de los machos lo convierten en un objetivo atractivo tanto para el comercio como para la domesticación.
El paujil de pico azul también se ha visto afectado por el saqueo de sus nidos. En algunas zonas, los campesinos extraen sus huevos y los incuban utilizando gallinas. Los polluelos son criados como aves de corral, y a veces vendidos como mascotas. Aunque menos común que la cacería, esta práctica interrumpe su reproducción, fomenta el tráfico ilegal y es un obstáculo para la recuperación de la especie.
Lázaro comenta que los cazadores aprenden a reconocerla porque, en la época de reproducción, que es a principios de año, el macho emite un sonido especial que los cazadores llaman ‘pujido’. “Es ese sonido el que ellos conocen y utilizan para localizarla y poder cazarla”.
Acciones para la conservación
En los esfuerzos por conservar al paujil de pico azul, las comunidades locales cumplen un rol fundamental. Juan Lázaro destaca que el trabajo comunitario ha permitido identificar la presencia del ave en nuevas zonas boscosas, gracias al conocimiento tradicional y la vigilancia del territorio. “La gente de la región se ha vuelto en un aliado clave, aportando alertas y ayudando a proteger nidos”.
Según Cortés, el futuro de la especie depende en gran medida del vínculo que se logre establecer con las comunidades locales: “Cuando ellas entienden el valor del paujil, se convierten en defensoras activas del bosque”.
Estas alianzas han permitido desarrollar procesos educativos, establecer acuerdos de conservación y promover monitoreos participativos, demostrando que la protección de esta ave en peligro crítico de extinción solo es posible con el compromiso de las comunidades.
A medida que el bosque se reduce y nuevas comunidades se establecen, las presiones sobre su hábitat aumentan. Esta ave sobrevive en una franja cada vez más limitada del territorio, y su pérdida sería irreversible, como lo advierte Alex Cortés: “Estas especies no podrán sobrevivir fuera de su hábitat, y su salida de allí podría llevarlas a la extinción”, puntualiza.


One thought on “El paujil de pico azul, al filo de la extinción”